Regina Favela
El arte, ¿está para gustar?
La respuesta no es sencilla y depende sobre qué estemos hablando.
Antes de comenzar a responder la pregunta quisiera empezar por decir que el arte no es autónomo ni es universal. No es autónomo por que está sujeto al contexto en el que está siendo producido (contexto social, político, económico, histórico, cultural, religioso, etc.). Y es así como el arte tampoco puede ser universal, con que uno de estos elementos sea distinto ya no es universal.
Creo que es importante mencionarlo por que como curadora e historiadora no puedo darme el lujo de ignorar estos elementos por que el arte es un producto completo. Tomar solo una parte del objeto artístico para hacer un análisis o para hablar de él sería ignorar las demás partes que también lo conforman. El arte no solo tiene que ver con su aspecto formal, no solo es su forma física, sino que también es contenido, es mensaje, es conocimiento y es entendimiento. Es por eso que la frase principal en mi página es "El arte no está para gustar, está para comprenderlo". Sin embargo, es muy común que se piense que el arte es solamente su aspecto formal, que a su vez lleva a confundir arte con belleza, cuando el arte nunca en la historia del arte ha sido sobre belleza. Actualmente, se critica al arte contemporáneo por que aparentemente no nos proporciona algo bello que admirar y más bien nos invita a pensar sobre lo que estamos viendo, y por eso no gusta. Pensar que el arte contemporáneo no merece ser llamado arte por su falta de cualidades de belleza es sinónimo de ignorancia de toda la historia del arte.
Les voy a poner un ejemplo para explicar mejor lo que estoy queriendo decir. En 1799, Jacques-Louis David, un artista neoclásico francés, pintó su versión de El Rapto de las Sabinas. La gran mayoría de la gente que se posa frente a esta obra en el Museo de Louvre, se maravilla ante la belleza de la obra, pero me pregunto ¿realmente creen que no tiene un mensaje y que al artista solo la pintó por hacer algo bello? Jacques-Louis David utilizó la historia de las Sabinas para mandar un mensaje al pueblo francés para que se reconcilie con el rey y la nobleza. No fue hecha con la intención de solo hacer un objeto bello, tiene un mensaje que continuamente se ignora. No fue hecha para gustar, sino para mandar un mensaje.

Es por esto que el arte, en este sentido, no está para gustar.
Ahora bien, también es cierto que así como alguien no va a ir al cine a ver una película de horror si no le gustan, alguien no irá a un museo de arte contemporáneo si no le gusta. En este sentido el gusto tendría cierto grado de importancia. Sin embargo, aunque el consumo del arte es privado y cada quien tiene sus preferencias y gustos, no podemos limitar al arte al gusto. El gusto es un aspecto subjetivo y el arte es un producto objetivo. Mejor, si algo no le gusta, que en ocasiones está ligado a la incapacidad que se tiene de comprender lo que se está presentando como arte por falta de herramientas teóricas y conocimientos, llamen o pregunten a alguien que sea capaz de explicar la obra. No hay que descalificar si algo no nos gusta o si no lo entendemos. Mejor procuremos comprender lo que se nos está mostrando.

Así, los invito a descubrir lo profundo del arte contemporáneo empezando por la obra de Teresa Margolles, artista mexicana, dejando de lado nuestros gustos.