Regina Favela
Ver el arte a través de la pantalla: una experiencia mejorada
El pasado viernes 22 de octubre me invitaron al Museo Universitario del Chopo en la Ciudad de México para una visita guiada junto a Marcos Castro, el artista de la exposición El Estado de las Cosas. Esta exposición, que aparentemente solamente es un gran mural con piezas de carácter casi escenográfico, es mucho más que eso, sus secretos se revelaban a través de la pantalla.

El Estado de las Cosas es una exposición que une la pintura de gran formato con la realidad aumentada. Tanto el museo como Marcos Castro trabajaron junto a CENTRO y Synergy Studio para hacer posible esta muestra. Aunque no es la primera exposición a la que voy en la que realidad aumentada se une a formas más tradicionales, definitivamente ha sido una de mis favoritas.
Como artista, Marcos Castro ha mostrado continuamente cierto interés en temas mitológicos, relatos regionales, la naturaleza y el paisaje. Y esta muestra no fue la excepción. Aquí Marcos quería mostrar cómo es que nuestro pasado y nuestro origen prehispánico siguen siendo parte de nuestra identidad como mexicanos incluso en nuestra contemporaneidad. Esto lo vemos en el paisaje y la iconografía de dioses prehispánicos. Incluso, a través de los filtros diseñados para esta exposición podíamos ver los nombres de algunos de estos dioses. Ahora bien, a el artista también le interesa el proceso de mestizaje que se dio en nuestro país, pensando así a la identidad mexicana como una identidad híbrida entre estas dos culturas. La realidad aumentada, además, funciona como una manera de mostrar el México contemporáneo, más allá de aumentar el dramatismo de la pieza.
Los recorridos con los artistas son siempre muy enriquecedores ya que te pueden platicar sobre cosas que no están explícitas en la obra, pero que no por eso dejan de ser importantes. Marcos mencionó que para él había cierta poética en ver lo que no está que solo podemos ver a través del filtro, se nos revela algo nuevo. Sin embargo, al ser una exposición que nos invita a nosotros los espectadores a caminar alrededor de las piezas que conforman la muestra, a la hora de platicar sobre su propia obra Marcos se limitó a un solo punto en el espacio. No aprovechó uno de los elementos más fuertes de su propia exposición, la capacidad de poder explorar el espacio y acercarnos las piezas. Me hubiera gustado que Marcos realmente nos hubiese dado un recorrido guiado, que nos llevara parte por parte explicando la iconografía que escogió y el por que se altera de la manera que se altera a la hora de verlo a través de la pantalla.

Aunque Marcos se limitó a un solo espacio teniendo toda la muestra a su disposición, nosotros los espectadores sí pudimos vivirla en su totalidad. Por lo general, los museos no permiten grabar dentro de sus salas, pero esta exposición no tendría sentido si no se pudiera registrar a través de video ya que la realidad aumentada consistía en imágenes en movimiento: bolas de fuego saliendo de la boca del volcán, figuras de dioses saltando y bailando, una mano acercándose hacia el espectador, etc.
Vivir esta exposición a través de la pantalla no te aleja de ella, sino que te sumerge hasta lo más profundo de su esencia.
Marcos Castro, el Museo U. del Chopo, Synergy Studio y CENTRO nos entregaron una gran exposición. Además de tratarse de una exposición con la podemos identificarnos fácilmente como mexicanos, es también una exposición divertida y dinámica que se puede disfrutar aún si no eres una persona aficionada del arte. El mundo digital y la tecnología no están peleadas con el arte, y esta exhibición nos lo demuestra.